8/9/2009 - El Teatro Flores (Capital)
Algo asi como las 20:10 hs. eran al momento de salir a escena la primera banda internacional del combo fines. Con un simple telón de fondo se hacía presente en el escenario AMORPHIS, aquella banda que desde sus inicios en 1990 se ha dado el lujo de transitar una metamorfosis en su estilo que los ha llevado desde lo más profundo del Death, pasando por el metal progresivo, algo de doom, heavy metal, hasta encontralos con un presente de raíces afincadas en el Death Metal Melódico pero con un peso más que significativo en la parte melódica. Ni bien salieron a escena, el público (que ya llenaba el 85 % del recinto) los recibió con un calor inusitado para una banda cuya popularidad por estas tierras tal vez no este acorde al desarrollo de su carrera. Fue Tomi Joutsen (vocalista) quien sin dudas se apropió del escenario por completo a fuerza de carisma y un talento vocal notable. La amplitud de registro y los tonos que manejo en cada uno de los temas, dejaron con la boca abierta a más de uno. Él solo jugó con el público, los hizo cantar, saltar y se dirigió a ellos en varias oportunidades agradeciendo y comentando lo bueno que estaba siendo el show para ellos. Tomi se lucio en temas como: "The Smoke" (Eclipse 2007), "Sign From The North Side" (The Karelian Isthmus 1993), "My Kantele" (Elegy 1996) y "Silver Bride" (Skyforger 2009). Sus compañeros de banda acompañaron musicalmente bien, respetando tiempos y melodias pero sin demasiada movilidad sobre las tablas. Sin embargo todo el universo lyrico creado por AMORPHIS, mayormente basado en el 'Kalevala' (poema épico fines compilado por Elias Lönnrot en el siglo XIX a partir de fuentes folclóricas finlandesas), hicieron que la pasividad escénica de la banda quede en segundo plano. En su conjunto se vieron muy bien, el trabajo de luces si bien no fue un derroche de creatividad... aportó un buen clima y enriqueció lo suficiente la escena como para generar varios buenos momentos visuales. Sonaron bien de principio a fin, prolijos con mucha fuerza (lástima que menos potente de lo que seria COB). Amorphis tuvo a sus mentores: Esa Holopainen (guitarrista) y Jan Rechberger (batería) como los pilares de la noche sosteniendo toda la complejidad musical generada en cada una de las composiciones. A medida que el show se iba desarrollando, realmente uno no podia dejar de asombrarse y emocionarse por lo que estaba sucediendo a cada momento. Poder ver y oir recreados en vivo varios de los clásicos de la banda como por ejemplo "House of Sleep" (Eclipse 2007), ver a la gente cantar y arengar cada pedacito de los temas, ver una masa humana que se movía como una marea al compás de la música, fue bastante emotivo y signo inequívoco de lo mucho que se estaba disfrutando el show. El set en su totalidad se extendió alrededor de 55 minutos (ojala hubiese durando un poco más al menos) dejando para el cierre el tremendo "Black Winter Day" (Tales From the Thousand Lakes 1994) -y aqui me quito el sombrero- en donde la melodía combinada con los cambios de voces guturales y voces más claras fue memorable. El resto de la formación se completó con: Tomi Koivusaari (guitarra), Niclas Etelävuori (bajo) y el irremplazable Santeri Kallio (teclados). El implacable paso del tiempo hizo llegar a su fin una presentación que dejó para mis recuerdos más de lo que esperaba. AMORPHIS se bajo del escenario muy aplaudido a las 21:05 hs. Un muy buen show y una banda inmensa de la cual es indispensable recorrer toda su discografía para comenzar a tener un atisbo de lo que se trata la evolución de géneros en mundo musical escandinavo.
Luego del intervalo de rigor, a las 21:35 hs. sin demasiado misterio aparecian los músicos de CHILDREN OF BODOM. Con un telón de fondo que rezaba "COBHC" ("Children of Bodom Hate Crew") se ubicaban cada uno en su lugar. Para ese momento, la gente había colmado la capacidad de El Teatro, el lugar estaba casi lleno quedando libres solo algunos sectores. Con los primeros acordes estalló la ovación (estaba claro que el grueso del público habia ido básicamente a ver a COB) y el "griterio" sobre todo femenino que tenía sus expectativas puestas más sobre Alexi Laiho (voz-guitarra) que sobre la banda en si misma. Gran parte del público era adolescente, quienes en los últimos tiempos se han volcado en forma masiva a "idolatrar" a esta banda, la cual si bien ha ganado popularidad mundial con sus discos: Hatebreeder (1999) y Follow the Reaper (2000); ya empezaban a forjar su camino en 1993. El sonido era notablemente más potente que el del set previo, manteniendose el buen nivel logrado con Amorphis. Ya en el segundo tema se mandaron con el hitero "Living Dead Beat" (Are you dead yet? 2005) en donde empezaba a verse la importancia de la labor de Janne Wirman (teclados) como contrapunto de Laiho, en los numerosos duelos que se generarían a lo largo del show. Un miembro que viene del palo del jazz y que a estas alturas se percibe como fundamental, ya que fue quien termino de redondear el característico sonido Bodom que hoy conocemos. Firme, concentrado e ininmutable en su actitud, con las teclas de su instrumento apuntando al público, fue como una tercera guitarra y por momentos hasta con mayor incidencia que la segunda viola. Esto no es poco comun en una banda finesa ya que muchas de ellas utilizan el teclado y el 'keytar' (el teclado-guitarra) no solo como complemento, sino como sosten de sus composiciones. El resto de la banda Roope Latvala (guitarra), Henkka Seppälä (bajo) y Jaska Raatikainen (batería) se desempeñaron correctamente y tuvieron algunos momentos destacados en diversos temas. Pero toda luz de virtuosismo que pudieron tener, quedo completamente opacada al lado de la actitud, los gestos y ademanes de Laiho, quien no escatimó en "Fucks" a la hora de hacer algun comentario. Si bien por momentos Alexi mostró una actitud de rocker rebelde bastante trillada, es él quien se carga por gusto propio a la banda sobre los hombros, dotándola de una imagen muy atractiva que actúa como un imán para el público. Él se movio bastante sobre el escenario, cubriendo el centro y las puntas alternadamete, habló varias veces con la gente, se mostró muy conforme con el show y asombrado positivamente por el calor de los fans. Esta era la primera fecha de la gira Sudamericana, y como bien se sabe el público por estas tierras es muy fervoroso, lo cual fue tomado por los COB de muy buen modo.
Musicalmente el show fue bueno porque se pudieron apreciar aquellos detalles que en sus discos llaman la atención y alertan el oido. El trabajo de luces estuvo acertado y acorde al nivel del show, se notó mucho más esmerado que en el set de Amorphis y con un interesante incapié en los tonos verdes y rojizos que realzaron la puesta en escena. El show ganó en solidez a medida que pasaron los temas, incorporando al set list los clásicos de las primeras épocas en donde podíamos encontrar a unos COB bastante salvajes con guitarras bien densas, veloces e interpretando arreglos tan intrincados como los del propio Malmsteen. Es así como se fueron sucediendo temas como: "Lake Bodom" (Something Wilde 1997), "Silent Night, Bodom Night" (Hatebreeder 1999), el esperado "Follow The Reaper", "Bodom After Midnight" que recibió bastante apoyo del público, "Children Of Decadence" donde se lucieron un poco más las dos violas juntas, y el escupitajo en la cara, el clásico himno "Hate Me!" (Follow the Reaper 2000) donde nuevamente el público se desató cantando el estribillo. Ya para el cierre dejarían "Hate Crew Deathroll" (Hate Crew Deathroll 2003) como para sellar con una patada en la nuca una presentación más que respetable para los chicos de Espoo.
Es justo destacar la muy buena organización del evento con un acceso rápido para la prensa y el público en general asi también como la salida al finalizar el show. Hubo además variado merchandising y cds dispuestos en dos stands los cuales fueron muy concurridos.
Como reflexión final podemos decir que el combo finés logró conformar las espectativas del público en base al buen sonido, correcta puesta en escena y el buen repertorio elegido por ámbas bandas. Si bien la mayoria de los corazones asistentes estaba más predispuesto a la música de COB, Amorphis fue "la sorpresa" de la noche para más de uno. Sabiendo que si bien el trabajo de COB es indiscutible, en este show pudimos observar que el de Amorphis se encuentra aún más alla, en otro nivel. Será cuestión entonces de seguir escuchando lo que el mundo escandinavo tiene para ofrecer, ya que hasta el momento, no nos han defraudado.
Por verixStar para Partitorium.
Fotografía en vivo y fotomontaje: verixStar
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